Grabarka

Xavier Ferrer

Para la comunidad ortodoxa de Polonia, el Santuario de es su mayor centro de culto. Cerca de la frontera con Bielorrusia, en la histórica zona de Poladsie, se alza esta iglesia cuya cima esta circundada por millares de cruces de madera portadas hasta el lugar por los peregrinos que cada 19 de Agosto acuden por miles a honrar a su Virgen.Escritos de principios del siglo XVIII señalan que en la época medieval una gran epidemia de cólera acabó con la vida de miles de personas. Tras un sueño premonitorio, cierto anciano inspirado se echó una cruz a la espalda y se puso en camino hacia el monte arrastrando consigo a un grupo de seguidores. Todos rezaban y bebían agua de una fuente que manaba allí cerca y, aunque venían del centro mismo de la epidemia, ninguno de ellos murió. Las cruces portadas quedaron en el monte como cruces votivas y el lugar fue reconocido como sagrado.Al Finales del pasado siglo se construyó allí una iglesia ortodoxa y después un pequeño monasterio, en tanto que al agua de la fuente se le atribuyeron valores curativos. Los peregrinos están convencidos de que portar una cruz hasta aquí y fijarla en el suelo tiene el poder de cumplir los votos y las promesas.Los peregrinos que van al Monte Sagrado de Grabarka se dirigen primero a la fuente milagrosa, donde beben agua y se santiguan, luego suben a la colina y dan varias vueltas a la iglesia de rodillas. Después de clavar su cruz, el sacerdote los bendice, vuelven al arroyo y se limpian las heridas  con pañuelos de lino que han remojado previamente. La tradición reza que el agua del arroyo no sólo es curativa sino que también purifica, de ahí que los peregrinos abandonen los pañuelos usados en la orilla o en las ramas, dejando atrás de sí las enfermedades y los pecados.La festividad de la Transfiguración de Cristo de Grabarka, no sólo consta de ceremonias religiosas como la misa sagrada, la Gran Liturgia, que es oficiada por los miembros del Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Polaca Autocéfala, sino que también de ceremonias profanas. Al pie de la montaña grupos de comerciantes montan paradas en las que venden objetos religiosos, publicaciones y fruta.