Técnicas

¿RAW o JPG?

¿Cual es mejor?

En primer lugar ha que aclarar que el archivo RAW (del inglés “crudo”) no es un archivo de imagen, no puede visualizarse ni imprimirse. El archivo RAW es la información codificada que se obtiene tras la traducción de la luz incidente en el sensor en señales eléctricas.  Podemos asimilarlo a una imagen en escala de grises, en el que a cada pixeles se les da una valor de luminosidad Rojo, Verde, o Azul (RGB). El número de pixeles verdes es el doble que el de azules o rojos.

Para poder obtener una imagen de un RAW debemos de aplicar un algoritmo de Demosaicing. Aquí filtraremos los pixeles para cada canal y realizaremos una interpolación entre los pixeles vecinos, obteniendo un color determinado para cada pixel, por la convinación de los tres canales. El siguitente paso de un revelador sería la correción de gamma. Para finalizar, el usuario puede ajustar el balance de blancos, exposición, brillo, contraste, etc.

Cuando una cámara nos da un archivo de imagen, ya sea JPG o TIFF, es la propia cámara la que realiza este trabajo, según los parametros que ha programado el diseñador de la misma. Es preferible utilizar el RAW que el JPG, ya que en primer lugar disponemos de más información en el archivo RAW, de un código más rico, por lo que disponemos de material que podrá ser sometidos a un trabajo más amplio que un archivo de imagen (TIFF o JPG). Además, en el caso del JPG, éste ya ha sufrido una compresión, por lo que ha perdido tamaño del código y por lo tanto las modificaciones que soporta en archivo son muchísimo menores. Un RAW permite que el revelado digital este en tus manos, y no en los parámetros introducidos durante la programación de la cámara, abriéndose un abanico de posibilidades mucho mayor que una imagen en archivo JPG, ya que las modificaciones del archivo JPG, aún siendo pequeñas, hacen que se deteriore con facilidad.

NOTA: Información extraída de los cursos impartidos por AFOCO a sus socios.